CUATRO TENDENCIAS QUE DAN AL TRASTE CON CUALQUIER LABOR PSICOTERAPÉUTICA
Existen comportamientos que siendo algunos más que frecuentes entre las personas, no son buenos compañeros en el ejercicio de la psicología. Y es que no podemos equiparar el contexto terapéutico con una charla en una cafetería.
Como psicólogos que queremos cuidar la atención que prestamos a nuestros pacientes, debemos dejar de lado posturas o actitudes como las que siguen:
Ansia de protagonismo: poder disponer de una persona receptiva a todo lo que le tengas que decir puede convertirse en un escenario muy goloso a “psicólogos” deseosos de encumbrarse como ejemplo constante de buenas prácticas y basar la terapia en el “yo…”, “yo…”. Es verdad que las autorrevelaciones (hacer referencia a las propias experiencias, sentimientos y creencias del psicólogo) son un recurso muy útil en psicoterapia, pero si lo utilizamos de una manera prudente y en el momento adecuado.
Curiosidad por asuntos ajenos (cotilleo): el interés por las vidas ajenas y los detalles escabrosos de las historias personales es una característica común entre las personas. El contexto de la terapia por supuesto es un lugar privilegiado en ese sentido, en el que las personas se abren y expresan emociones, pensamientos, experiencias, conflictos. Por este motivo es esencial que las preguntas que hagamos o la información en la que pongamos el foco terapéutico sean relevantes a efectos terapéuticos. Cualquier otro objetivo que persigan nuestras preguntas será espurio.
Búsqueda o ejercicio de poder: no podemos olvidar que la relación terapéutica no es simétrica, es decir, el paciente muestra sus debilidades y problemas mientras que el psicólogo no se expone en ese mismo sentido. El terapeuta queda entonces en una posición de poder. Dado ese escenario es imprescindible que no abuse de esta situación dando consejos, tomando decisiones por el paciente, diciéndole lo que “debe” hacer, etc.
Auto-terapia: los psicólogos no estamos libres de problemas y de experimentar malestar. La situación de terapia puede contribuir a intentar resolver problemas del terapeuta cuando no es el lugar, ni el momento ni el objetivo.
Esta lista podría ser mucho más extensa, son muchos los errores en los que podemos caer en el ejercicio de nuestra labor como psicólogos. Por este motivo es muy importante el trabajo constante en la mejora de nuestro conocimiento y habilidades.