El trastorno obsesivo-compulsivo, considerado hasta hace bien poco dentro de los trastornos de ansiedad pero que ha pasado a conformar otro conjunto independiente de trastornos, se define por la presencia de obsesiones (que son pensamientos, impulsos o imágenes mentales), compulsiones o rituales (comportamientos o actos mentales repetitivos como respuesta a una obsesión o siguiendo reglas rígidas de aplicación) que tienen por objetivo prevenir o reducir el malestar o para prevenir la ocurrencia de algún suceso temido.
Las obsesiones se viven como no deseadas y en la mayoría de las personas causan un malestar importante, que suele ser el origen de la puesta en marcha de las compulsiones. Sin embargo, éstas no consiguen aliviar por completo el malestar de la persona, pero le alivian lo suficiente como para que en la siguiente ocasión en la que aparezcan las obsesiones la persona vuelva a repetirlas.
En algunas personas no hay rituales manifiestos y la problemática se reduce a la presencia de frecuentes obsesiones, generalmente en forma de dudas tipo "¿Y si...?" que también ocasionan un gran malestar.
La presencia de estos síntomas ocupan mucho tiempo o causan un grado intenso de malestar, lo que viene asociado a un deterioro en las áreas social, laboral o familiar de la persona que padece este trastorno. Además, algunos reconocen que sus pensamientos no son razonables pero otros en cambio, con peor pronóstico, refieren que sus creencias son ciertas.
El tratamiento psicológico que llevamos a cabo en Psicologia Manzano por su eficacia demostrada es la exposición con prevención de respuesta, que consiste en exponer a la persona a sus obsesiones previniendo que ponga en marcha los rituales. De esta manera, se enfrenta a la ansiedad y el malestar que sus pensamientos le producen que por efecto de la habituación se van reduciendo. Además, esta técnica también da al paciente la oportunidad de comprobar que sus temores no se ven confirmados, lo que va proporcionando un sentido más amplio de seguridad. Esta técnica se utiliza en un contexto seguro, en el que se controlan otros factores que pudieran influir y se hace un seguimiento detallado de su puesta en marcha. Además, esta técnica no se utiliza de forma aislada, sino que inicialmente se dota a la persona de más información y conocimiento sobre su problemática concreta y se le enseñan técnicas de relajación. Estas técnicas complementarias contribuirán a que la persona llegue con más fortalezas al momento de la exposición a sus obsesiones.